Tras el periodo Heian debería continuar con el periodo Kamakura, pero creo que es necesario dedicar una entrada a este conflicto, que no sólo marcó la separación entre ambos periodos sino que también supuso la llegada al poder de la clase militar, los bushi o samurai. Esta clase guerrera se mantendría en el gobierno, de una u otra forma, durante unos setecientos años, así que sin duda estamos hablando de un cambio muy importante.
El ascenso de los bushi
Como vimos en la entrada acerca del periodo Heian, a lo largo de la segunda mitad de dicho periodo se empezó a dar un proceso mediante el cual las provincias más alejadas de la corte y del centro del país vieron el surgimiento de una nueva nobleza militar cada vez más poderosa. En líneas generales, la periferia gana poder a causa de un centro debilitado y, a partir de ese momento, se va acentuando esa tendencia cada vez más, retroalimentándose, algo que suele tener siempre el mismo resultado.
La proliferación del sistema de shōen, tierras que el gobierno declaraba libres de impuestos para potenciar su explotación, hizo que los dueños de tierras periféricas fuesen adquiriendo paulatinamente mayor poder. Este sistema de uso de las tierras, que había comenzado ya en el s.VIII, se hizo cada vez más común, llegando a aplicarse en el s.XII a la mitad de las tierras agrícolas de Japón. Muchos de estos terratenientes de la periferia eran cortesanos a los que, bien como premio o para apartarlos de la capital, donde sólo parecía haber lugar para la rama principal de los Fujiwara, se les otorgaban tierras en estas zonas alejadas de la corte. El debilitamiento del poder imperial hizo que cada vez fuese más difícil mantener la seguridad en estas regiones periféricas mediante un ejército central, lo que hizo que los cada vez más ricos terratenientes empezasen a formar sus propios ejércitos, muy bien entrenados y equipados, convirtiéndose en una élite militar, los bushi, que fueron asumiendo funciones militares y policiales en sus territorios, estando, en un principio, integrados dentro de la estructura de poder existente, aún con la corte en la cima. Paralelamente, ya desde entrado el s.X, los grandes templos y monasterios habían empezado también a armarse, creándose órdenes militares formadas por monjes-soldados. Los bushi empezaron además a organizarse en clanes, estructurados verticalmente con una relación de señor-vasallo, al no estar unidos ya sólo por lazos de sangre, vasallaje este que se compensaba por medio de tierras y estipendios. Estos primeros clanes fueron uniéndose en clanes mayores por medio de alianzas, matrimonios y adopciones, formando estructuras más complejas y poderosas, en cuyo centro solía estar una de estas ramas de alguna familia cortesana enviada a las provincias tiempo atrás, como es el caso de algunos Fujiwara, Taira o Minamoto. En los siglos X-XI se dio una serie de luchas y conflictos entre algunos de estos clanes bushi, incluso pertenecientes a la misma familia, lo que hizo que algunos de ellos se hiciesen mucho más poderosos, especialmente en la zona de Kantō. Era obvio que un centro débil no podría controlar durante mucho tiempo una periferia cada vez más poderosa.
Taira Kiyomori
Poco a poco, los terratenientes de las provincias empezaron a tener más peso en las luchas de poder que se daban en la misma corte. En 1156 los bushi participaron militarmente en asuntos cortesanos por primera vez, cuando se dio un conflicto entre el Emperador Go-Shirakawa y un emperador retirado, Sutoku, y el primero recurrió al clan de Taira Kiyomori, quien resultó victorioso y colocó a los Taira en un lugar privilegiado en la corte, desplazando a los Minamoto y a los hasta entonces todopoderosos Fujiwara. El mismo Kiyomori se convirtió en Consejero y muchos otros Taira ocuparon puestos de importancia en la corte.
Poco después, en 1159, una de las ramas de los Minamoto intentó asesinar a Kiyomori, en lo que se conoce como la Rebelión Heiji, pero fracasaron en el intento y fueron ejecutados, aunque se decidió perdonar la vida a los hijos pequeños de la familia por su corta edad, y únicamente fueron desterrados; uno de ellos era Minamoto Yoritomo, quien haría que este perdón les acabase costando muy caro a los Taira… pero ya llegaremos a esto más tarde. Habiendo acabado con los Minamoto por el momento, Kiyomori se situó en una posición privilegiada dentro de la corte, convirtiéndose en Gran Ministro y Ministro del Interior en 1167, y gobernando de facto el país. Puede decirse que la llegada al poder de Kiyomori marca el inicio del gobierno samurai en la Historia Japonesa. Al igual que hicieran los Fujiwara tiempo atrás, Kiyomori emparentó a su familia con la Familia Imperial y, en 1180, su nieto se convirtió, siendo un bebé de sólo un año de edad, en el Emperador Antoku.
Las Guerras Genpei
El gobierno de Taira Kiyomori se caracterizó por ser muy estricto y despiadado, tanto que la misma corte se puso pronto en su contra, además, tampoco contentó a los clanes bushi de las provincias, puesto que no fue nada innovador y se adaptó a las estructuras y formas de funcionar ya existentes, con lo que no supuso un cambio significativo. Así, al ganarse la enemistad tanto de la corte como del resto de clanes bushi, no pasaría mucho tiempo antes de que alguien intentase cambiar la situación. En 1180 se organizó una conspiración contra los Taira en la que participaba una parte de la corte, algunos monasterios y varios clanes bushi de distintas provincias del país, entre los que destacaban los Minamoto, con Minamoto Yoritomo a la cabeza; y empezaron así las Guerras Genpei. Por primera vez, la guerra en Japón no se circunscribía expediciones militares en las zonas fronterizas sino a una guerra civil en todo el país, no sería la última.
Minamoto Yoritomo
A este conflicto se le llama también Guerra Genpei, en singular, dependiendo de si se entiende como un conjunto de batallas de una misma guerra o de una serie de pequeñas guerras, no tiene mayor importancia que esa. En cuanto al nombre, Genpei, surge de los dos apellidos, Minamoto y Taira, cuyos caracteres pueden leerse también como Genji y Heike, se toma el primero de cada apellido, Gen-Hei y se unen, variando la pronunciación del segundo, de Hei a Pei (algo bastante común en japonés en este tipo de compuestos), con lo cual, el significado no es más que “Guerras entre los Minamoto y los Taira”. Por cierto, como ya habréis adivinado, hablamos de los mismos apellidos de los títulos de dos de las mayores obras de la literatura clásica japonesa, Genji Monogatari y Heike Monogatari, de hecho, esta segunda puede resultar muy útil para estudiar el ascenso y caída de los Taira. De todas formas, entender esta guerra únicamente como un conflicto entre los Minamoto y los Taira es algo superficial, puesto que dentro de las mismas familias también hubo enfrentamientos y ambos bandos contaban con algunos miembros del clan contrario.
Yoritomo, con el apoyo del ejército de su suegro, miembro del poderoso clan Hōjō, estableció su cuartel general en la ciudad de Kamakura, desde donde empezó a gobernar la zona este del país, ignorando a la corte central. Los Taira atacaron desde la capital, capitaneados por un nieto de Kiyomori, pero tuvieron que retirarse al verse en minoría, y esta derrota provocó que más clanes se uniesen al bando de los Minamoto. El siguiente movimiento de Kiyomori fue destruir algunos templos para castigar a monasterios que se habían puesto del lado de los Minamoto, algo que le creó numerosas enemistades dentro de la corte. Kiyomori murió de enfermedad poco después, en 1181, lo que algunos interpretaron como un castigo divino por la destrucción de estos templos, fue entonces cuando Taira Munemori, hijo de Kiyomori, se puso al frente del clan. Lógicamente, la muerte del líder de los Taira acrecentó el poder del bando de los Minamoto, algo que influyó en las siguientes batallas. Durante 1182 y principios de 1183 se produjo un parón de la guerra a causa de las severas hambrunas que estaban azotando el país. Este descanso de casi dos años fue aprovechado por los Minamoto para prepararse y reforzarse con nuevos aliados, algo que el bando enemigo también intentó hacer con poca fortuna, en parte porque a la mayoría de clanes bushi provinciales no les gustaba que los Taira se hubiesen convertido en cortesanos durante los años en que habían gobernado.
Minamoto Yoshinaka
En 1183, Minamoto Yoshinaka, primo de Yoritomo, consiguió una victoria decisiva en la provincia de Etchū que hizo que sus tropas pudieran avanzar hacia la capital desde el norte, mientras que las de Minamoto Yukiiye, tío de Yoritomo, lo hacían desde el este. En ese punto de la guerra el ya retirado Emperador Go-Shirakawa se puso del lado de los Minamoto, recordemos que fue él quien propició la llegada de los Taira al poder tres décadas antes, este cambio de bando dotó de mayor legitimidad la rebelión de los Minamoto y sus aliados.
En otoño de ese mismo año 1183 Taira Munemori y sus tropas abandonan la capital y huyen hacia el oeste del país, llevándose con ellos al pequeño Emperador Antoku y los tesoros imperiales (la espada, la joya y el espejo). Así, los Minamoto, concretamente Yoshinaka, pasan a controlar la capital, sobre todo tras un intento fallido de avanzar hacia el sudoeste que hizo que decidiese quedarse en Kioto. Yoritomo, pese a ser el líder de los Minamoto, estaba temeroso de que su primo eclipsase su poder, y empezó una serie de maniobras para ejercer influencia en la capital, favoreciendo a los monasterios castigados por los Taira y pactando alianzas con Go-Shirakawa. Tanto los monjes como el emperador retirado se alzaron contra Yoshinaka, quien además descubrió que su primo había enviado a la capital un asesino para acabar con su vida. Por todo ello, a principios de 1184, Yoshinaka atacó el palacio de Go-Shirakawa y lo mantuvo retenido desde entonces. Así, Yoshinaka, pese a seguir contralando la capital, pasó a encontrarse en una posición muy debilitada, pues se había convertido en el enemigo de todos. Yoritomo, siempre sin moverse de Kamakura, envió a sus hermanos Noriyori y Yoshitsune a luchar contra Yoshinaka, a quien derrotaron en la batalla de Awazu, aunque no queda muy claro si lo mataron o se suicidó. En esta batalla Yoshinaka estaba acompañado de su hermano de leche, Imai Kanehira, un personaje bastante popular en Japón, quien se suicidó tras la muerte de Yoshinaka de una forma muy peculiar, saltando de su caballo con la espada en la boca. También participó en la batalla la esposa de Yoshinaka, Tomoe Gozen, otro personaje muy popular, uno de los pocos casos conocidos de onna bugeisha, mujer guerrero, quien se cree sobrevivió no sólo a esta batalla sino a todo el conflicto. Con esta victoria sobre su propio primo, Yoritomo unifica definitivamente el clan, controla la capital y se puede centrar en combatir a los Taira, con lo que entramos en la fase final de las Guerras Genpei.
A finales de 1184 Yoritomo ordenó a su hermano Noriyori avanzar hacia el oeste, persiguiendo a Taira Munemori, difícil campaña en la que tuvo éxito, llegando hasta el extremo oeste de Honshū e incluso cruzando a Kyūshū. Algo más tarde, en marzo de 1185, Yoritomo autorizó a su otro hermano, Yoshitsune, quien había demostrado en numerosas batallas ser un gran estratega, a cruzar el Mar Interior hasta la isla de Shikoku, donde los Taira estaban arrinconados y se habían hecho fuertes gracias a su superioridad naval. Ante la llegada de los Minamoto, los Taira decidieron huir por mar, llevando con ellos al Emperador Antoku. En el ataque de los Minamoto fue decisiva la deserción de un general de los Taira, que reveló al bando enemigo en qué barco viajaba el emperador, con lo que los Minamoto pudieron concentrarse en un único objetivo. Frente a la costa de una pequeña villa llamada Dan-no-Ura, los Taira fueron derrotados, y muchos de ellos decidieron suicidarse antes de ser asesinados o capturados por los Minamoto, entre ellos la abuela del emperador, que se lanzó al mar llevándose a su nieto de sólo seis años con ella y, además, perdiéndose para siempre jamás uno de los tres tesoros imperiales, la espada. Yoritomo se aseguró de que sus tropas acabasen con todos los Taira, incluidos los niños pequeños, para no repetir el error que Kiyomori tuvo con él mismo. Suele considerarse como una de las causas de la derrota de los Taira el haberse acomodado a la vida cortesana durante las décadas en las que habían gobernado, mientras que los Minamoto y otros clanes bushi habían seguido siendo poderosos guerreros.
Estatua de Minamoto Yoshitsune en Dan no Ura
Una vez terminado el conflicto, Yoritomo recelaba de la gran fama que había adquirido su hermano Yoshitsune y de los favores que le había otorgado el emperador retirado Go-Shirakawa tras su liberación, así que decidió que Yoshitsune debía morir. Tras un primer intento de asesinato, huyó al norte del país, donde se refugió bajo la protección de un señor feudal, pero esto no impidió que en 1189 fuese finalmente asesinado y Yoritomo quedase libre de potenciales rivales. De todas formas, Yoshitsune es uno de los personajes más famosos de la tradición japonesa y se le recuerda como uno de los mejores guerreros de la historia. Al contrario de lo que había hecho Taira Kiyomori, Yoritomo decidió mantener su gobierno en Kamakura, alejado de la capital y su corte. Tras morir Go-Shirakawa en 1192 le fue concedido el título de shōgun y, hasta su muerte en 1199, mantuvo bajo su control todas las funciones políticas y judiciales del país, construyendo las instituciones que regularían la administración militar y territorial de la clase guerrera en los siguientes siglos.
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