Este año 2019 ha sido de lo más intenso para mí, especialmente su primera mitad, monopolizada por la culminación de los cinco años de trabajo que ha supuesto mi Tesis Doctoral. E inmediatamente después tuve que liquidar varios proyectos, como la traducción de un libro –ya hablaremos cuando vaya a publicarse–, escribir un capítulo para otro, viajar a Panamá, Cuba y Japón, dar tres charlas en el Manga Barcelona –ahí dejo unas imágenes– o participar en la presentación hace un par de días del libro que veis en una de las fotos, para el que he escrito el prólogo. Y todo esto ha ido seguido, sin casi tiempo para respirar, exceptuando diez días que me tomé de –merecidas– vacaciones en agosto y que me sentaron estupendamente.
Una de las charlas que di en el Manga Barcelona, tras las que además pude firmar unos cuantos ejemplares de mi libro – fotos de Salva Barbus para Espai Daruma
Del Manga Barcelona me llevé para casa estos dos librazos, primero el amigo Roger Ortuño me regaló su flamante «Oishii» por haberle echado una mano con dos o tres asuntillos relacionados con la historia, y luego los siempre estupendos amigos de Satori hicieron lo mismo con su increíble edición del imprescindible «Heike Monogatari», así da gusto
El espectacular libro de Ferran López y Rosa María Valero, que incluye un prólogo mío
Ahora no es que no tenga proyectos sobre la mesa, al contrario, pero por lo menos parece –a fecha de hoy– que vienen cinco o seis meses de cierta calma y que podré ir liquidándolos con un poco de tranquilidad. Estoy ahora mismo trabajando en un artículo sobre la Embajada Tenshō, relacionado con un congreso en Montpellier en el que participé el año pasado, dentro de poco haré una visita a Madrid, hay un par más de trabajos de traducción rondando, en enero empezaremos a promocionar la versión inglesa de Historia de los samuráis, parece que volveré a dar clases en la Universitat de Manresa como el año pasado, haré también una escapada a un congreso en París, y a la vez que todo esto voy trabajando en un nuevo libro que me han encargado, y en la publicación como libro de mi Tesis. Ahora que lo he listado todo, ya no me parece tan poco, pero es fácilmente gestionable, comparado con la situación de la que vengo este año.
Por otro lado, mi principal objetivo este año –incluso quizá el siguiente– es el mismo que tiene todo el mundo después de doctorarse: estabilizar mi situación laboral. Así que ando mirando diferentes opciones posibles del árido universo post-doc, pero es un tema tan aburrido y desolador que sólo hablaré de él cuando –espero– tenga algo entre manos.