Bueno, pues ya llevo un par de días en Ise, y a partir de hoy en principio actualizaré cada día. Respecto al viaje, poco que decir, que en Frankfurt coincidí con ocho de los otros participantes en el curso y que el viaje fue tan aburrido como de costumbre, por mucho que leas o mires alguna película, sobre todo si, como es mi caso, no duermes en los aviones. En fin, al llegar al aeropuerto de Nagoya –ya el domingo 22– nos estaba ya esperando el señor Tamada, de la Kogakkan University, quien es el máximo responsable de este curso y se encarga de que todo funcione. En el mismo aeropuerto tomamos un ferry para cruzar la bahía y después un autobús de la universidad… en total, una hora y media larga, que se añadía a un larguísimo día de estar sentado en un medio de transporte. El resto del día, poco a comentar, tras llegar a la habitación –muy grande, equipada y confortable– salimos a hacer algunas compras y a cenar. El futon y el tatami nunca me han sabido mejor que anoche.

Y así llegamos a hoy, 23 de febrero, fecha de inicio del curso. El día ha empezado con una recepción en el edificio donde hacemos las clases, llamado Momofune, donde nos han presentado a todos los profesores que vamos a tener a lo largo de estas tres semanas y el director nos ha explicado la historia de la Kogakkan. Después hemos salido a hacer un tour por el campus, y tengo que decir que esta universidad está en un entorno increíble, realmente bonito. Hemos estado en la biblioteca, el gimnasio, un pequeño museo, una gran sala de estilo tradicional donde había incluso una casa de té, y hemos acabado en el comedor, justo a la hora de comer. Y allí hemos comido, junto a los estudiantes de la universidad, y aquí muchos de ellos se preparan para ser sacerdotes shintō, por lo que había gran parte del comedor ocupado por estudiantes y profesores completamente vestidos de blanco, con kimono y hakama… ha sido una sorpresa oírles cantar una especie de solemne himno antes de empezar a comer –se parecía, de hecho, al himno nacional japonés, aunque no lo era.

El nombre de la universidad, en una de sus entradas, Kogakkan Daigaku

Nuestra aula

El nuevo y flamante Yamatohime-no-miya

Por la tarde hemos hecho una visita, guiados por el profesor Sano, a un pequeño santuario que hay muy cerca del campus, llamado Yamatohime-no-miya. Está dedicado a la princesa Yamatohime-no-Mikoto, hija del Emperador Suinin –supuesto 11º de la lista–, quien se supone que fundó el Gran Santuario de Ise por encargo de su padre. A principios del siglo XX se le erigió un santuario en su honor, dentro del complejo del Gran Santuario, y es este que hoy hemos visitado. Está en un bosque de lo más tranquilo y, si lo veis demasiado nuevo en las fotos es porque se construye de nuevo cada pocos años, y este de ahora se levantó en diciembre de 2014 –pero de esta costumbre de destruir y construir santuarios, hablaremos más adelante. En definitiva, un pequeño santuario con mucho encanto, y se puede ver mucho más de cerca que el Gran Santuario, así que definitivamente vale la pena la visita.

Después de esta breve excursión, hemos vuelto al aula para recibir dos clases más, ambas sobre la Historia de la ciudad de Ise, una hasta el periodo Edo, a cargo del profesor Okano, y la siguiente desde ese momento hasta la actualidad, a cargo del profesor Taura. Todas las clases son en japonés y yo llevo como dos años usándolo muy poco, lo que me obliga a estar concentrado en todo momento para entender el máximo posible. Va a ser duro.

Y al acabar las clases, hoy teníamos una cena-fiesta de bienvenida, con todos los profesores y representantes del Ayuntamiento de Ise, donde hemos tenido que presentarnos y explicar brevemente algo acerca de nuestra investigación, etc. Después, ya más relajados, sólo se trataba de comer y beber tranquilamente, charlando con unos y otros. Teníamos que acudir especialmente bien vestidos, pero la costumbre de descalzarse en muchos sitios hace que a veces tu indumentaria no acabe de encajar con las zapatillas que te dan, os dejo una imagen que lo demuestra, sólo me consuela que íbamos todos así, hasta el alcalde.

Un bonito camino cerca del Yamatohime-no-miya

Así no hay manera de ir un poco elegante

Mañana ya se acabaron las bienvenidas y tendremos clases normales todo el día, aunque por la tarde tendremos alguna experiencia que promete ser curiosa… pero eso ya lo explicaré mañana.