Alicante, 2015

Los días 11 y 12 de abril se ha celebrado en la ciudad de Alicante el 5º Salón del Manga, que este año tenía como motivo central la figura del samurái. Parece ser que a la organización del evento le interesaba tener a alguien allí que pudiese hablar sobre los samuráis desde un punto de vista histórico y realista, y no el acostumbrado en los manga, anime, novelas y ficción en general, ese imaginario compartido en el que los samuráis son seres casi de leyenda, imbatibles y con un imperturbable sentido del honor y la ética. Y por eso se pusieron en contacto conmigo, para invitarme a dar una charla sobre todo esto. Pues encantado de la vida. Por desgracia, dentro del mundo académico hay muchos colegas que son muy reacios a «lo divulgativo», y no suelen estar interesados en participar en, por ejemplo, entrevistas con prensa, conferencias para público general, etc. Yo intento compaginar ambas facetas –como atestiguan esta misma web o el libro que tengo a medias, por ejemplo– porque creo que el conocimiento debe ser compartido. Así que cuando me invitaron a este salón no me lo pensé un momento, sobre todo al saber que se esperaba de mí precisamente la visión histórica del tema.

El viernes 10 por la tarde salí de Barcelona hacia Alicante, y en el mismo tren coincidí con Oriol Estrada, alias Capitán Urías, a quien no conocía en persona pero sí por amigos en común y por su web. Resultó que, además de compartir la afición por Japón en general, los dos somos bajistas con un pasado muy ruidoso –el suyo aún más ruidoso que el mío–, y estuvimos hablando más de esto que de otra cosa. Llegados a Alicante, en el hotel nos reunimos con Marc Bernabé, famoso traductor de manga y anime, y autor de métodos de aprendizaje de japonés, que es precisamente el amiguete en común que tenía con Oriol. También conocí allí a las dos chicas que hay tras la firma Xian Nu Studio, granaínas de pura cepa y joviales a muerte, y a Belén Ortega, otra dibujante de Granada, cuyo trabajo he estado curioseando desde que vi que coincidiríamos en este salón y con el que he alucinado muchísimo, qué talento, señores. Fuimos entonces a cenar junto con la gente que organiza el salón y con los chicos de Cowboy BeRock, también de Barcelona, un grupo de música especializado en versiones de canciones famosas por haber formado parte de la banda sonora de distintos animes. Durante la cena, muy buen rollo y muchas risas, sobre todo en el camino de vuelta al hotel.

Y por la mañana del sábado, al salón. Hacía muuuchos años que yo no pisaba un salón del manga, nunca he sido un gran aficionado al tema aunque haya habido y haya algunos que puntualmente sí he seguido –más anime que manga, debo admitir–, y me interesa relativamente, como un elemento más de la cultura popular japonesa. Así que me llevé algunas sorpresas en este salón, de todo tipo. Primera sorpresa, la cantidad de gente; cuando los organizadores me contactaron hace unas semanas ya me dijeron que la edición del año pasado tuvo unos 17.000 visitantes y que para la de este año se esperaban unos 20.000, y a mí eso me resulta una exageración de gente… el Salón del Manga de Barcelona creo que tiene cifras seis o siete veces mayores, me parece alucinante. Segunda sorpresa, pese al nombre, el 80% de lo que vi allí no era manga; la mayor parte de los stands no vendían más que merchandising, tanto relacionado con manga y anime como con series o películas en general, o de grupos de música, vi mucho contenido relacionado también con videojuegos, mucha gente disfrazada de personajes que nada tenían que ver con el manga, mucha gente también más interesada en lucir muslamen y pechuga al viento –lo que me parece mal y bien al mismo tiempo y por distintos motivos–, etc. Tercera sorpresa, relacionada con las dos anteriores, para la cantidad de gente que había, el público asistente a las conferencias era proporcionalmente muy escaso, lo que me pareció muy triste, la verdad.

Mi conferencia entre el resto de actividades del sábado
La conferencia de Marc Bernabé sobre turismo manga
Soltando mi rollo

En fin, tras dar una vuelta por allí mirando stands varios, una pequeña expo en la que había katanas, lanzas, algún casco samurái y algunas armas supuestamente usadas por los supuestos ninjas, llegó el turno de la primera conferencia del día, la de Marc Bernabé, en el gran auditorio del recinto. Trataba de lugares turísticos en Japón relacionados con el mundo del manga, como distintos museos, tiendas, estatuas, etc., muy interesante. Una pena que esta conferencia coincidiese en el tiempo con una presentación del trabajo de Belén Ortega, que me sabe muy mal haberme perdido. Sí pude pasarme un rato por la de las chicas de Xian Nu Studio, realmente muy divertida. Después de comer –rodeado de Son Gokus, zombies, chicas con faldas más cortas que mi cinturón y personajes que directamente no conozco– me fui ya para la sala en la que tendría lugar mi conferencia. Por suerte, no me tocaba hacerla en el auditorio, porque aunque era muy bonito, necesitabas que viniese mucha gente para que aquello no se viese vacío, mi sala era pequeñita, como para unas cincuenta personas, y bueno, no se llenó, pero casi casi. Repito, me parece muy triste que en un sitio donde hay miles de supuestos aficionados a la cultura japonesa –¡algunos de ellos disfrazados de samurái!– esté a reventar la zona donde se puede jugar a videojuegos o a cartas Magic, el concurso de karaoke, etc., y a una conferencia sobre los samuráis vengan unas cuarenta personas. No lo entiendo. Pero bueno, hay tantas cosas que no entiendo en el mundo que ya no viene de una más.

Los que vinieron demostraron gran interés por el tema y participaron en la charla de forma muy activa, les quiero dar desde aquí las gracias y espero que disfrutasen tanto como yo. Me pude permitir un tono más informal que el que uso en otros contextos y creo que resultó bastante divertido. Mi charla duró algo así como una hora y veinte minutos, y hubo diez minutillos al final para preguntas, aunque también se hicieron algunas durante la misma charla, lo que siempre es buena señal. Básicamente, hice un repaso muy por encima de la historia de los samuráis, desde sus difuminados orígenes hasta su abrupto final, eligiendo algunos momentos especialmente interesantes, como las Guerras Genpei, los intentos de invasión mongol, el periodo Sengoku, la unificación de Japón, la paz del periodo Edo, historias como la de los 47 rōnin, la rebelión de Satsuma y el supuesto código ético de los samuráis. Más o menos seguí el mismo guión que en el libro –que habría sido genial tener ya para esta ocasión–, aunque lógicamente en el libro puedo profundizar mucho en todos estos temas y otros muchos. Al acabar estuve charlando con algunos de los asistentes y me alegré mucho de su interés, un saludo a todos ellos.

No pude asistir a la conferencia que daba Toni Torres sobre la relación entre los Beatles y Japón porque era a la misma hora que la mía, y me habría gustado –pese a no gustarme nada los Beatles. En cuanto pude me dirigí al auditorio de nuevo, donde iba a comenzar la conferencia de Oriol Estrada sobre la historia del manga, que fue interesantísima y muy amena, también porque Marc Bernabé participó añadiendo cosillas aquí y allá, estableciéndose a veces un diálogo con lo que Oriol nos iba explicando. Me indignó especialmente que esta conferencia no estuviese a reventar de público… ¡chavales, espabilad, dos de los máximos expertos en la materia están hablando de la historia de esto que se supone que os encanta! En fin… Al acabar nos fuimos los tres a ver algunas canciones del concierto de Cowboy BeRock, yo sólo reconocí una porque ya he dicho que no soy un gran fan del tema, pero sí sé un poquito de esto de grupos y conciertos y tal, y la verdad es que –pese al mal sonido, a causa de las características del recinto– la cosa estuvo muy bien, cuatro grandes músicos, me gustaría verlos en un sitio con mejor acústica. Y poco más que explicar, al salir fuimos a cenar a un restaurante japonés, de allí vuelta al hotel, y por la mañana nos han llevado –a Oriol Estrada, Toni Torres y su chica, y a mí– hasta la estación, para tomar el tren de vuelta a Barcelona, desde donde estoy escribiendo esto para aprovechar las cinco horas de viaje para algo útil, además de charlar un buen rato con los compañeros en el vagón cafetería. La verdad es que tenía pensado escribir sólo un parrafillo y me ha salido un ladrillazo, pero no me lo tengáis en cuenta, es culpa de lo largo y aburrido del viaje.

La conferencia de Oriol Estrada, con Marc Bernabé como escudero
Posando guapamente en el photocall con Marc y Oriol
Trabajando un poco en el tren de vuelta

Y no quiero acabar sin dar las gracias a mucha gente: a los organizadores del salón por haber pensado en mí, y por haberlo hecho todo tan fácil y de forma tan profesional y amable, un diez para ellos, mención especial para Michael, nuestro conductor; de nuevo, a la gente que vino a mi conferencia, curiosamente, vi a muchos de ellos en otras conferencias, y les doy las gracias también por ello; y a los compañeros con los que he coincidido, nombrados ya, por haber hecho mucho más amena esta experiencia y ayudar a que no me sintiera fuera de lugar en un entorno que a priori no es «el mío». Un gran saludo a todos, espero que nos volvamos a ver aquí o allá.