A falta de nada más, os pongo una foto de una de mis aficiones, las gyōza, de unas de mis favoritas de Tokio, concretamente
Realmente, así es, no hay mucho que contar, pero como hace ya unos días de la última entrada, pues mejor explicar algo. Durante la tarde del viernes y el fin de semana he estado trabajando en casa –bueno, en el apartamento en el que estoy estos días–, redactando una sección sobre la invasión de Corea por parte de los ejércitos de Hideyoshi. También he salido para ver a algunos amigos, por Shibuya, Shinjuku e Ikebukuro, pero eso es menos interesante aún de explicar. Y hoy, lunes, el plan era ir por la mañana al archivo de la Universidad Sofía –también conocida como Jōchi Daigaku–, pero he agarrado un resfriado considerable, así que he preferido dejarlo para mañana martes y hoy seguir trabajando en casa.
Ah, la apasionante y alocada vida del historiador…